Cultura general y música
Siempre se ha dicho que la música, además de un arte, es cultura. Este argumento se emplea por todas partes y así, por ejemplo, los concejales de cultura de los ayuntamientos son los encargados de organizar y contratar los grupos musicales para las fiestas del pueblo, la industria reivindica un IVA cultural para los CD (y ellos quedarse con buena parte del beneficio), o algunos artistas lo aprovechan para ir de divos e intelectuales por la vida.
No negaré que la música puede ser cultura, aunque dudo mucho que toda la música lo sea. Lo que me planteo hoy es si una persona culta ha de tener una cultura musical general o si ésta no es precisa para ser culto.
A primera vista, es evidente que hay personas muy inteligentes y que tienen una profunda cultura que no saben nada de música moderna. Pero claro, este tipo de personas es muy especial. Suele tratarse de personas que viven entregadas a una actividad exigente en capacidad intelecual, dentro de la cual viven como en una burbuja y que, por lo tanto, tampoco tienen una cultura general de muchos otros temas más o menos triviales (no saben nada de televisión, de gente famosa, de deporte…) y muchas veces tampoco están al tanto de temas más importantes como la política. Pienso ahora en científicos brillantes o en ajedrecistas de élite. Con esto no quiero decir que todos ellos sean así, pero sí que hay gente que puede ser considerada culta e inteligente sin saber quién es U2.
Pero claro, quitando estos ejemplos algo extremos, creo que la cultura general, trivial, sí es indicativa de una persona culta, porque muestra que la persona es inquieta, curiosa, busca conocer el mundo en el que vive y qué es lo que a sus congéneres les interesa y gusta. Otra cosa es que comparta esos gustos, claro.
Y en la cultura trivial está, no podía ser menos, tener una mínima idea, MÍNIMA, de música moderna. Se llega así a una curiosa paradoja. Encontrarse con una persona sin ningún conocimiento de música actual puede ser indicativo, o bien de estar delante de una persona muy inteligente que podría llegar a optar a un premio Nobel en su especialidad, o bien estás ante una persona que muy probablemente no sepa muchas otras cosas más importantes, como, por ejemplo, dónde se fallan los premios Nobel. Bueno, hay otras opciones (gente que odia o no entiende la música, o snobs redomados que se dejarían matar antes de reconocer que alguna vez oyeron a Estopa, pero estos últimos tampoco es que suelan ser muy cultos, en realidad).